Mi primera exposición en Madrid

Madrid. 2004

En aquella época iba a Madrid a ver las exposiciones en el Museo Del Prado, Thyssen y alguna que otra en el Reina Sofía. Poco conocía del mundo de las galerías. De hecho no había expuesto en ninguna por esas fechas. Mis únicas exposiciones habían sido en la Colegiata de San Lorenzo -donde vendí mis primeros cuadros. Un pescador tirando la caña en plena tormenta. Un cuadro homenaje a mi hermano que le gusta pescar. Y otro una visión cubista de la Iglesia de San Pedro. Fue una exposición junto a Juan Carballo, otro artista hiperrealista. La colegiala se cedía por unos quince días para exponer. Tenías que abrir, vigilar, montar y estar todo el día en la húmeda colegiata- y en el año 2001 en la fundación Alvargonzález en Cimadevilla -en esta exposición tuve buena crítica. Vino Pelayo Ortega a apoyarme. De aquella era uno de mis pintores de referencia. No se si fue porque la sala ponía buenos pinchos, la inauguración fue un éxito de gente-. Gracias a esta exposición comencé a marcar mi manera de trabajar de manera más personal.

La galería estaba en Majadahonda. Un pueblo a 20 kilómetros de Madrid. Donde nací y viví hasta los 7 años. Cuando pasaba por enfrente de la galería entré a ver que exponían. Era la única en el pueblo. No me acuerdo bien como pero un día le mostré mis trabajos. Le gustaron por su colorido y texturas. Me dijo que le llevase unos cuadros para ver como funcionaban en una exposición colectiva. Eso fue en abril de 2004. En junio antes de que hiciera calor, siempre me gustaba ir a Madrid a disfrutar de la piscina y leer tumbado en la toalla. Este año había dejado de trabajar para dedicarme de pleno a la pintura. Un año para probar. Las obras que estaba realizando eran de un estilo surrealista, coloridas y con cierta textura realizada mediante masilla de yeso barata – resultó una chapuza en muchos de los cuadros. Gracias a dios no se vendieron muchos porque se caía la pintura. Aquí aprendí que hay que usar buen material y no pintura barata. Y tuve que romper los cuadros-. Llevé dos obras de formato pequeño que le gustaron. Le dije que iba a estar unos días por Madrid. Me llamó y me dijo que me parecía si en navidades las metería en una exposición colectiva. Estas dos piezas me las acabó comprando él. Me dijo que si me interesaba hacer unas exposición individual ese año 2005. Me quedé más que ilusionado.

En aquellos años tenía el taller en la calle La Paz, cerca del parque de Los Pericones. El taller mío constaba de una habitación en un piso compartido con otros 4 artistas. Las obras las realicé en un par de meses. Eran obras realizadas con acrílico. Nada de óleo, lo que me permitía acabar las obras con mucha brevedad.

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El 12 de Abril marché a Majadahonda con mis cuadros en el Polo. Iba solo, con los asientos bajados y los cuadros apilados en la parte trasera. Las piezas más grandes eran de 100x100cm, sino no hubiera podido llevarlas -en aquella época las piezas eran de un formato que pudieran caber por las escaleras del viejo estudio y en el maletero del coche-.

Montamos el jueves. Todo muy bonito y bien colocado. Eran una veintena de obras. El galerista esperaba venderlas todas y en la inauguración decía que se llenaría.

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El viernes me vestí de gala -con mis vaqueros sin manchas y los zapatos relucientes- para la ocasión. Me acompañaba mi hermana. Eran las ocho y estábamos sólo nosotros… En la mesa había dos botellas de Pesquera reserva, un gran vino. Una rica tabla de embutidos y quesos esperaba también a los invitados. No acababan de llegar. Los que si vinieron fueron mis amigos Alberto de la Puente y Manu Brabo. Ambos estaban estudiando y buscándose la vida por Madrid en esos años -hoy Alberto un gran diseñador web y Manu un gran fotógrafo premio Pulitzer entre otros muchos-donde la pandilla de Gijón estábamos dispersos por todas partes de la geografía española. Entre los cuatro -con mi hermana- esperamos el vino y la comida… también la acabamos! No vino nadie pero los cuatro nos metimos dos botellas de un gran vino, buen embutido y perfecto queso curado. Me acuerdo que Manu decía: -Están bien los cuadros Ñardo, pero el vino mejor! Brindamos por muchas cosas y recuerdos. Lo pasamos bien, no vino nadie, no se vendió nada. No me desanimé por ello, al revés lo ví con optimismo. Me dije a la siguiente seguro que vienen más.

Acabó la exposición y vendí tres cuadros. Dos me los compró un cliente y uno pequeño una señora. En septiembre fue a Madrid a cobrar lo vendido. Las obras ya me las había devuelto por transporte. Cual fue mi sorpresa que donde estaba la galería ahora era una inmobiliaria! Me quedé atónito, parado. Llamé al galerista y no me lo cogía… me temía ya lo peor. Pero al ir por la calle vi al galerista saliendo de su descapotable y me abalancé sobre él. Se hizo el loco, decía que no me conocía! Le dije que iba a ir a la policía, a diez metros había una patrulla en Gran Vía. Debió de ponerle nervioso que sacó un fajo de billetes y me tiró 900 euros que me debía.

Una experiencia que me hizo ver los personajes que se mueven en el mundo del arte. Este mercado es una casa de putas y locos. Hay mucho mafioso y fantasma. Poco a poco, a base de encontrarme y chocar con gente así he ido aprendiendo a seleccionar y ser que mejor hacer una cosa bien con alguien de fiar que diez sabe dios con quien!

4 comentarios en “Mi primera exposición en Madrid

  1. Vaya, siempre es igual, yo también he dado con ciertos galeristas que… más vale no acordarse, por eso está la cosa tan mal, son ellos los que engañan al cliente y al artista, al final, terminan cerrando por los altos precios cobrados, el artista compra material, pinta, enmarca (que eso también es la hostia, las tiendas de marquetería son para darle dos bofetadas, unos sanguinarios), paga transporte, paga, paga, paga, al final, si no se vende una escoba, pagas la vuelta de los cuadros, has gastado una pasta gansa y, si se vende algo se queda con el 50%; en la mayoría de los casos te dice: » He tenido que tratar con el cliente que deseaba llevarse dos cuadros y había que bajarle un poco el precio» sin contar contigo ni nada, casi siempre es una artimaña para quedarse con más dinero, tu dinero, excusándose con el tema de que la cosa está mal y hay que apretarse el cinturón, anda, no me jodas. Mafiosos la mayoría de ellos.
    Yo trabajo en Shanghai y otras ciudades de China, aquello es la leche, pero cuando vuelvo a esta España jodida, se me cae el alma al suelo, tienes que bajar bastante los precios y quedas como un idiota, algunos incluso piensan que el arte está sobrevalorado, pero cuando le dices lo que cobra un electricista por un ratito o un fontanero por diez minutos o un escayolista por una jornada, te dicen que son precios de mercado y no hay más remedio que pagarlos.
    Edgar, eres un gran artista, me gusta tu trabajo, espero algún día poder conocerte en persona. He dejado un poco apartado el arte de la pintura por dos años, estoy metido de lleno en el cómic, este proyecto me está matando, pero he de conseguir terminarlo, estoy deseando pintar de nuevo, tengo nuevas ideas, gracias compañero por deleitarnos con tu arte, un abrazo.

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